El libro Inteligencia Emocional 2.0 de Travis Bradberry y Jean Greaves es uno de los textos modernos más exitosos de los últimos años en el campo de la Inteligencia Emocional.
El libro comienza con la historia de Butch Connor, un surfista que sale con su tabla de surf y se encuentra con un tiburón experimentando una lucha interna entre las emociones y su mente para lograr salir de esta peligrosa situación. Para los que no queráis leer el libro, os avanzo que la historia termina bien.
El libro describe como la mente de Butch luchaba por controlar su comportamiento ante una avalancha de emociones internas, concluyendo que el cerebro está diseñado para dar prioridad a las emociones. Los autores defienden que las señales tienen que pasar por el sistema límbico (donde se producen las emociones) antes de llegar al lóbulo frontal (donde se produce el pensamiento lógico y racional). Ambas áreas del cerebro se influyen mutuamente y mantienen una comunicación constante.
Los autores comparten plenamente con Daniel Goleman el supuesto de que la Inteligencia Emocional es mucho más importante para el éxito que el cociente intelectual. Explican cómo la Inteligencia Emocional se usó inicialmente para resolver el dilema que creo una investigación que demostraba que las personas con un Cociente Intelectual (CI) medio superaban a las personas con CI muy alto el 70% de las veces.
Las buenas decisiones requieren de mucho más que conocimientos teóricos y dependen de nuestro conocimiento de nosotros mismos y del dominio de nuestras emociones, distinguiendo 5 emociones principales:
- Feliz
- Triste
- Enfadado
- Atemorizado
- Avergonzado
Nuestra primera reacción ante un hecho es emocional y no podemos controlar este proceso. Podemos controlar los pensamientos que siguen a una emoción.
Para evaluar a una persona consideran:
- Inteligencia Emocional.
- Cociente Intelectual. Este tipo de inteligencia no nos sirve para predecir la Inteligencia Emocional.
- Personalidad, descrita como el estilo estable de cada uno de nosotros. La personalidad permanece estable durante la vida. No es verdad que ciertas personalidades estén asociadas a una Inteligencia Emocional superior. No se puede suponer que una persona extrovertida o introvertida vaya a tener más Inteligencia Emocional.
De los tres elementos, en el único en el que podemos actuar es en la Inteligencia Emocional que se compone de 4 habilidades fundamentales:
- Autoconocimiento
- Autogestión
- Conciencia social
- Gestión de las relaciones
Las dos primeras son competencias personales, mientras que las dos últimas son sociales. Ninguno de estos elementos es completamente nuevo, pero el libro define bien estos conceptos y da recomendaciones para mejorar en cada uno de ellos.
Según el libro «la Inteligencia Emocional es tan importante para el éxito que es el responsable del 58% del rendimiento en todo tipo de empleos. Es el indicador de rendimiento más importante en el trabajo y el impulsor más determinante del liderazgo de la excelencia personal» y continua «solo los que consiguen una combinación única de razón y emoción logran los mejores resultados». Un pequeño esfuerzo puede tener un impacto muy positivo en tu vida en aspectos como la empatía, seguridad en ti mismo, tolerancia al cambio y al estrés, etc.
Sin duda, un interesante libro que da pistas sobre cómo mejorar su Inteligencia Emocional.