Los fans de Rafael Nadal (entre los que por supuesto me encuentro) conocemos bien a su tío y entrenador, el «tío Toni», quien le ha entrenado y acompañado durante gran parte de su carrera tenística profesional.
Es imposible decir cuanto ha contribuido al carácter ganador de su sobrino. En cualquier caso, cuando Toni Nadal decidió escribir un libro, yo me lo compré. Se llama «Todo se puede entrenar» y está editado por la editorial Alienta.
El libro tiene 207 páginas y es de fácil lectura. Para todos los que hayan disfrutado de los partidos de Nadal, resulta muy interesante leer todas las anécdotas que cuenta. Además, el libro describe cómo ha entrenado a su sobrino, y ayuda a entender de dónde viene esa extraordinaria fuerza mental que el jugador demuestra en la pista de tenis.
Recupero algunos de los pasajes que más me han llamado la atención:
«Yo creo que la exigencia es necesaria durante toda la vida; es más, pienso que da mucho sentido a la vida. » «No entiendo cómo hemos logrado valorar este concepto tan negativamente»
«La exigencia es plantearse cuales son tus objetivos, y ser consecuente con ellos» desligando el concepto del relativismo que suele caracterizarle.
Toni relata cómo le explicaba a su sobrino que para «ganar el torneo de Manacor, ya has entrenado suficiente» pero «si pretendes ganar el torneo de Baleares, hay que entrenar más». Posteriormente, explica cómo esta exigencia se entiende dentro «de la etapa formativa» «encaminada a la adquisición de autoexigencia por parte del pupilo».
Siguiendo el título del libro, dice «Yo estoy convencido de que todo se puede entrenar» «Para mí es tan importante la actitud como la aptitud. Y es definitivamente más importante la formación del carácter que el entrenamiento tenístico».
Para mi, este ejemplo demuestra que se puede fortalecer la autoestima, entendido como nuestra capacidad para controlar nuestras emociones y dirigir nuestra actitud hacia el punto de equilibrio emocional que nos permita dar lo mejor de nosotros mismos. Rafael Nadal ha entrenado esta capacidad hasta convertir su fortaleza psicológica en una de sus mejores armas. Cuando Nadal pierde un punto, no permite que su cabeza quede dominado por la rabia o por pensamientos negativos, sino que recupera su ánimo para afrontar en las mejores condiciones el siguiente punto.
En resumen, todos tenemos podemos entrenar la autoestima en cualquier momento de nuestra vida.